Celebraciones Litúrgicas

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No cabe duda, el padre Luis Velázquez Romero fue víctima de la inseguridad y del crimen organizado que inunda y apesta la ciudad desde hace buen tiempo y que de iniciado el año hasta hoy, ha crecido como un mounstro que todo lo arrasa, nada respeta, ni a los ministros de Dios. Se pasea por la ciudad como el reino que le pertenece.

Toda la Iglesia; sacerdotes, religiosas y religiosos, laicos y el Obispo, está sumamente consternada por la perdida de una sacerdote que siempre denunció la corrupción, la delincuencia y la inseguridad que reina en la ciudad teniendo siempre presente que el algún día caería en las garras de este lastres que ha rebasado a las mismas autoridades por motivos que ya muchos conocemos.

Se le encontró en su auto el lunes por la mañana, sujetado de sus manos con esposa por la espalda; ahí, se cree, se le dio fin a su vida terrena. De los motivos, según se investigan, el Obispo Romo ha dicho públicamente que sea lo que sea, "salga lo que salga de la investigación", el principalmente lo aceptará y dará a conocer a la comunidad en general, especialmente a la comunidad católica.

El Padre Luis Velázquez regresaba la noche del domingo 23 de octubre de un encuentro espiritual para matrimonios en la Casa de retiros Gozo y Esperanza en Tecate. El salió aproximadamente como a las 8:30 p.m., confirman personas que lo despidieron y lo vieron por última vez: "Se miraba cansado y se despedía de todos como siempre: amable y siempre activo", dijeron. Esa noche en su homilía a los matrimonios les habló del perdón en la vida conyugal y de cómo él disfrutaba esos encuentros espirituales. Ya tenía más de 12 años asesorando al Movimiento Familiar Cristiano en la Diócesis de Tijuana.

La noticia sacudió a la feligresía católica en las primeras horas del lunes 24 de Octubre. Una rueda de prensa estaba improvisada esa mañana por el Sr. Obispo Don Rafael Romo Muñoz. A ésta se presentó el coordinador de la Unidad Orgánica de Homicidios Dolosos, Licenciado Francisco Castro Treinti, para dar las primeras explicaciones del crimen del padre Luis Velázquez Romero.

Los datos fueron estos: Se les dio aviso aproximadamente a las 5:15 a.m. de un cuerpo masculino sin vida en el interior de un auto a un costado de la Plaza del Zapato en la Zona del Río. El auto, un Ford Thunderbird, azul marino, 1993. Ahí, el padre Luis con las manos esposadas hacia la espalda y con 6 tiros impactados en el cuello hacia la mejilla del lado izquierdo con un arma 38 súper.

El cuerpo en el semefo fue reconocido por tres sacerdotes diocesanos que se movilizaron para informarle al Obispo de lo ocurrido.