Oh Jesús, Sacerdote eterno,
que nos enseñaste a pedir
al dueños de la mies
que enviara operarios a tus campos,
te pedimos que le des a la Iglesia
muchos sacerdotes santos,
religiosos y religiosas
quienes dediquen sus talentos,
esfuerzo y celo,
para la gloria del Padre
y la salvación de los hombres.
Dígnate escoger
a algún miembro de nuestra familia
a la vida consagrada
y que los laicos vivan comprometidamente
su vocación de servicio dentro de la Iglesia.
Te pedimos por intercesión de Nuestra Señora,
María de Guadalupe,
tu Dulce y Santa Madre.
Amén.