Señor Jesucristo,
Camino, Verdad y Vida,
enciende en nuestros corazones
el amor al Padre que está en el cielo
y la alegría de ser cristianos.
Danos siempre el fuego de tu Santo Espíritu
que ilumine nuestras mentes
y despierte entre nosotros
el ardor por realizar la Misión Continental
y reconstruir en la fraternidad Nuestra Patria
para que reinen en ella la justicia y la paz.
Te consagramos el país entero,
a sus gobernantes, instituciones y ciudadanos,
y te pedimos que nuestra madre,
María de Guadalupe nos conduzca
a ser verdaderos discípulos misioneros tuyos
para que México en Ti tenga vida en abundancia.
Amén.