El taller parroquial de verano: un impulso a la creatividad integral de los infantes

El verano se puede convertir en el invierno del alma si le damos vacaciones a nuestra vida de fe, o se puede convertir en un tiempo de gracia para profundizar en la práctica de los sacramentos, la oración, la formación, la vida de familia y el ejercicio de las virtudes.

Por ello, para los niños y niñas es una oportunidad maravillosa para fomentar la creatividad la cual puede definirse como la capacidad de desarrollar y expresar el potencial humano desde diferentes áreas integrativas del ser humano: cognoscitiva e intelectual (del conocimiento y el pensamiento), la voluntad y conductual, así como afectiva. Existen muchas maneras de fomentar la creatividad en los niños como actividades, ejercicios y otras prácticas.

Una gran herramienta que tenemos a nuestro alcance son los talleres, a través de los cuales el desarrollo de la creatividad son geniales talleres sobre música, escritura, teatro, dibujo, danza, hay muchos donde escoger.

Cada actividad, taller, ejercicios, dinámicas que hagamos deben tener a alguien responsable para que no les ocurra nada a los niños. Pero con este título me refiero a dejar que ellos busquen soluciones y resuelvan los conflictos, a su propia manera. Explora nuevas maneras de llegar a los niños a través de historias y actividades nuevas con las que puedan desarrollar la creatividad. Crear y divertirnos en casa o en clase llevará a que los niños desarrollen todo su potencial y nuevas habilidades latentes o escondidas. Además desarrollar la creatividad también es de lo más educativo.