No podemos vivir en “victimilandia”

Hay dos preguntas básicas que nos podemos hacer en la vida: Por qué y para qué. En la primera seremos víctimas y causaremos lástima. En la otra encontraremos respuestas y nos haremos responsables, encontrando sentido a las circunstancias que nos han tocado vivir.

Dejamos de ser víctima

  • Cuando aceptamos recibir un amor sincero más que «lastimero»
  • Cuando, abrazo y acepto mi historia, tal y como fue
  • Cuando acepto mis errores y asumo las consecuencias

No estamos llamados a causar lástima.